Asi rezaba el estribillo de una canción, la "Estudiantina Portuguesa" que durante tantos años cantó Doña Celia Gámez y que mas tarde recogieron algunas tunas. Es verdad por mi parte el estribillo y hoy quiero significarlo con una profunda emoción histórica.
Hoy se cumplen 31 años, de aquel despertar a la libertad, en una noche, impregnada de olor a claveles, con lagrimas en los ojos, escuchando a Jose Afonso cantando "Grandola Vila Morena". Fue la revolución de los claveles.
Hace muchos años que fui por primera vez a Lisboa, estuvimos durante la semana santa, estabamos en la maravillosa estación de Santa Apolonia, esperando el tren que nos devolveria a Madrid, era 14 de Abril y la amiga que me acompañaba, llevaba un clavel en la mano. Se nos acercó un anciano sonriendo y nos quiso sacar de nuestro error: -No señorita, es el día 25, todavia quedan 2 semanas. Quisimos sacarle a el del error y decirle que estabamos celebrando otra fecha, pero viendole la generosidad que desprendia, le dijimos que teniamos que marcharnos ya y habiamos adelantado la celebración, nos miró, se nos acercó y nos dio un beso, pudimos ver que sus ojos estaban brillantes y alguna lágrima habia rodado por su mejilla.
No estuvimos en 1974, pero por unos momentos, sentimos algo, la emocionante libertad, de aquella noche mágica.
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