Ayer, en un ataque de regresion masivo, volvi en el tiempo a Septiembre de 1973, a la primera vez que llegue a Santander. Años despues, fui buscando los lugares que habia visitado en aquella ocasion. La pension, con una bañera antigua con patas "doradas". El "pinchazo" de tortilla de patatas que me comi en la cantina de la estacion de Renfe-Feve, la de mas grosor que habia comido en mi vida (hasta ahora ninguna la ha superado) y por cierto buenisima, ya que patatas por aqui, las hay buenas y huevos, para que decir.
Recuerdo, que habia una especie de zoologico en los Jardines de Pereda o en la avenida siguiente. Creo que luego se traslado al Palacio de la Magdalena, aunque actualmente parece haber desaparecido.
En la Plaza Porticada, aun estaban las estructuras de los famosos festivales veraniegos. Hoy el Palacio de Festivales, en la Calle Gamazo, cumple estos objetivos sobradamente.
La Catedral, Puerto Chico, calles y plazas con un sabor a antiguo, combinado con los nuevos tiempos, pero la ciudad y sus gentes, mantienen todavia el señorio de tiempos atras.
Desde aquella primera vez, han sido muchas las visitas. Quizas una de las vistas que mas me ha impresionado, ha sido desde el faro, donde se puede contemplar toda la bahia, aunque el lugar este impregnado de recuerdos dolorosos de una guerra incivil que nunca tuvo que haber sucedido.
Hoy, la contemplacion de las maravillosas vistas de Santander, se deben hacer "in situ", pero para los alejados, siempre queda la maravilla de internet y sus webcam.
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