Se creía ungido por no se qué toque divino, y en su fachatez, aseguraba, que era el mayor defensor de los derechos de las mujeres, que parió madre.
Al primer asomo de revés, coge sus cosas y se va, al tiempo que las alegrías fluyen, en la inmensa mayoría de la población, ...salvo alguna cosa.
Sin embargo, deja una etapa plagada de injusticias, que será costoso reparar. Sólo en estos momentos, me tragaría mi ateísmo y quisiera que incluso, y sobre todo, existiera el infierno: ¡¡¡ALLI TE PUDRAS GALLARDON!!!
¡Y nada de indultos!. ¡Eh, Dios!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario