sábado, 20 de septiembre de 2014

La Reina, no puede hacer nada

Me llama la atención, una noticia publicada en la prensa, con el titular: Una niña pide a Letizia trabajo para su madre, y le responde: "No puedo hacer nada".
En pocas palabras, en una visita de Letizia a Málaga, una niña le entrego una tarjeta a la reina, para pedirle que le devolvieran el trabajo a su madre, despedida, junto a casi 800 trabajadores, de una Agencia territorial de empleo.
La respuesta de la Secretaría de la reina, es que los reyes no pueden intervenir en asuntos internos de la administración. Hasta aquí todo marcha como esta establecido según las normas.
Dejando al margen el fondo dramático de la noticia, fijo mi atención en los comentarios que van adjuntándose a dicha noticia. Desde el "para que sirven los reyes", "seria mejor una república", "costaría mas, menos, o igual, monarquía o república", y otras lindezas y exabruptos dedicados a una u otra posibilidad.

Personalmente, creo que ni la reina, ni el alcalde, ni la ministra ni el cura del pueblo, están para conseguir arreglos personales a nadie. Incluso, en según que casos, podría considerarse trafico de influencias.
Cuando digo arreglos personales a nadie, también añado arreglos empresariales a nadie. Es decir, nada de conseguir que la constructora 'Fulanita de Tal', consiga hacer la autopista menganita. Ni que una visita al ministro acelere tramites de leyes o acuerdos comerciales.
No solamente a nivel local, sino que deberían desaparecer esas mafias de lobbys que circulan en la Union Europea, que lo único que hacen, es hundir mas en la miseria a los humildes, para 'reinar' los grandes a su anyojo y beneficio.

Volviendo a la noticia inicial, de los 787 despidos de 2012, tan solo han salido 19 sentencias del Tribunal Supremo a estas alturas, todas ellas favorables a los trabajadores. Esto, y no la imposibilidad de la reina, es la gran vergüenza de este país, que arrastra casos en los tribunales desde hace bastantes años. A esta vergüenza, se responde con una desvergüenza, como es la subida de tasas, para que sea menor la gente que pueda reclamar sus derechos, cuando entienda que le son pisoteados.
Es una vergüenza, que los grandes de las finanzas, la empresa y otras oligarquías, consigan con una visita al despacho adecuado, lo que quizás no consiguieran, compitiendo con sus iguales o desiguales en un concurso. Es una vergüenza, que esta gentuza, amañe en los ministerios, para que puedan subir precios y ganar mas dinero 'legalmente'. Es una vergüenza, que en estos mismos despachos, se amañen decretos que eliminan de la competencia, energías limpias, mas baratas y autogestionadas, porque ello implicaría una merma en los beneficios de los totems sagrados que pasado mañana te conseguirán un puesto en sus consejos de administración.
Es una vergüenza, que se haya mantenido a conseguidores como Fabra y Baltar, como si sus cargos administrativos, fueron derechos reales sanguíneos, consiguiendo con ello, una 'omertá' localista, con veneración, lealtad y sumisión al 'padrino'.

Se necesita una regeneración política y social. Todos tendremos que participar en ella, porque todos en mayor o menor medida hemos caído en sus garras. Todo lo demás, serán parches. Y los parches, para los piratas.

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