Ya fue duro y vergonzoso escuchar a Zaida en Salvados el pasado domingo. No desconocia el caso, pero escuchar el relato de sus labios, era estremecedor. Pense que el lunes rodarian cabezas en las altas esferas militares, pero para mayor verguenza como ciudadano de este pais, no solo no ocurrio nada en ese sentido, sino que el impresentable ministro de defensa, jefe politico del estamento militar, acude al congreso a negar la evidencia y a insultar a la diputada de UPyD.
No satisfecho con los insultos, le manda callar con un gesto chulesco y barriobajero, indigno de un ministro de una democracia. Todo ello, con el aplauso de sus sostenedores parlamentarios.
No quedo ahi, sino que el portavoz de Defensa del PP, salio despues a rematar la faena contra Irene Lozano, cuyas suelas del zapato, estan muy por encima de esa pandilla de agitadores pendencieros repugnantes.
Lo primero que me llamo la atencion de este y anteriores asuntos, es, que pinta un Tribunal militar en tiempos de Paz. Mucho mas llamativo, que se dedique a juzgar comportamientos que nada tiene que ver con la milicia, a no ser que entiendan que acosar a una soldado sea como acosar al enemigo.
Tampoco entiendo para que sirve un capellan castrense, pagado por todos los ciudadanos. Pero volviendo al tema, es vergonzoso estas secuelas de otras epocas, en un ejercito modernizado.
Y todavia me choca mas, que despues de publicitarse toda esta situacion, el Jefe del Estado Mayor de todos los Ejercitos, el cual es la maxima autoridad militar, no haya tomado cartas en el asunto y degradado a unos cuantos mandos, que degradan un ejercito que se habia reconciliado con el resto de la sociedad. Porque si el Jefe Supremo no hace su trabajo, ¿para que le pagamos?. ¡SI, Majestad!, usted es el que manda y los demas en el ejercito, estan ¡A Sus Ordenes!.
jueves, 12 de marzo de 2015
¡A sus ordenes!
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