Atutxa

Me alegra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País vasco, absolviendo a Atutxa y los demas miembros de la mesa del Parlamento Vasco, por no acatar la sentencia del Supremo y disolver al grupo afin a Batasuna.
En otros comentarios deje claro mi postura sobre todo el desmadre juridico-legal que se monto para anular a los "batasunos" y de paso ponerselo un poco negro al PNV.
No estuve de acuerdo con el proceder de Atutxa en algunas sesiones en las cuales se salto a la torera la ecuanimidad de un Presidente en votaciones que perjudicaron, sobre todo a la credibilidad de la institucion.
No estoy de acuerdo y repudio la violencia de ETA y la forma en que Batasuna y sus enmascarados descendientes apoyan subliminalmente esa violencia.
Pero tampoco estoy de acuerdo con hacer leyes a medida para quitar de enmedio a representantes del pueblo, por muy radicales que sean, teniendo en cuenta que hasta ese momento no habia ninguna sentencia condenatoria de los implicados.
Mucho menos estoy de acuerdo con la falta de respeto del Supremo con un Parlamento Soberano y su Reglamento hecho para el quehacer diario y no para circunstancias puntuales.
Esta claro que lo que se pretendia no era tanto disolver el grupo batasuno, sino erosionar a los nacionalistas, dado que aunque se hubiera disuelto el grupo parlamentario, los representantes radicales hubieran seguido en sus escaños en el grupo mixto.
La primera funcion de los democratas en defender la democracia y eso significa defender a todos los elegidos por el pueblo soberano, nos guste o no sus ideas. Si alguien comete una infraccion, llevese a los tribunales y condenese, si eso conlleva perdida de escaño, que se vaya a la calle. Pero buscar artimañas, para taparles la boca a representantes elegidos democraticamente, me parece totalmente antidemocratico.
Los primeros en dar ejemplo de democracia, deben ser los democratas, aunque los que no lo sean, se rian por lo "bajini" o a carcajadas. Al fin y al cabo, el que rie el ultimo, rie mejor, aunque me gustaria, que algun dia pudieramos todos juntos, sino reir, por lo menos dejar de llorar.

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No se trata de la actividad findesemanera de los conductores para medir la alcoholemia, sino de unas cuevas de Cantabria, muy cercanas a las de Altamira y que quizas visitando nos traigan la paz y el sosiego que necesitamos en tiempos tan intempestivos. A veces duele comprobar, que excepto que a los dibujos se le ponen marco, poco mas hemos cambiado los humanos.