martes, 16 de septiembre de 2014

...sed libera nos a bono.

Un juez de Melilla, imputa al comandante en jefe de la guardia civil de aquella plaza, por las devoluciones 'en caliente' de inmigrantes. El gobierno, justifica dichas devoluciones, sin el mas mínimo sonrojo.

Desde hace un tiempo, las fuerzas de seguridad del estado -me imagino que siguiendo las directrices del Ministerio del Interior-, han ido escalando peldaños en la inseguridad ciudadana. Los derechos de los ciudadanos, cada vez son pisoteados con mayor impunidad, descaro y chulería por algunos agentes, que se escudan en un uniforme, una placa y unas ordenes, para avasallar al ciudadano, que aun incumpliendo normativas (absurdas en muchos casos), deben de recibir las garantías que la constitución establece.

Periodistas a los que no se le deja realizar su trabajo, claramente, para que no puedan publicar las ilegalidades y atropellos que cometen algunos agentes. Ciudadanos que son detenidos por portar banderas republicanas, cuando es totalmente legal poder llevarlas. Identificaciones en los alrededores de manifestaciones, sin motivación alguna...

Las razones que dan los agentes, es que cumplen ordenes. Las razones que dan las autoridades, es que se hace para prevenir altercados. Repetidamente, los jueces que han tenido que ver estas causas, liberan sin cargos a los ciudadanos y manifiestan la desproporción de la actuación policial, ...pero nadie pone coto a esta escalada contra la ciudadanía.

Mientras, las delegaciones gubernamentales, intimidan con multas desproporcionadas y la mayoría de las veces ilegales, para que la ciudadanía, cada vez tenga mas miedo a participar en la actividades democráticas, que consagran nuestra sacralizada constitución.

Para colmo de males, fiscales y algunos jueces, se erigen en legisladores y aplican 'castigos ejemplares', para que a nadie se le ocurra levantar la voz. Toda una maquinaria perfectamente puesta al servicio del gobierno, que combate los problemas del país, intentando tapar la boca para que todo parezca un idílico panorama..

Parecía que la estulticia estaba limitada al ámbito político-social, pero el tarro de las esencias, lo han destapado en la madrugada del miércoles pasado en Málaga, cuando la policía municipal, ha multado a 8 jóvenes, por jugar al parchís en una plaza publica, beber agua y refrescos, todo ello, por no disponer de autorización para dicha reunión. Es posible que el recurso que van a realizar los jóvenes, deje todo sin ninguna sanción, pero estos agentes y los políticos que han creado esas directrices, deberían ser condenados a irse a la casilla de salida y no salir hasta que no les salga un ocho con un solo dado.
¿Y estos son los 'buenos', que hemos elegido y contratado, para que nos defiendan?. Espero y deseo que haya un vuelco en las municipales y se empiece a hacer limpieza de tanto impresentable.

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