viernes, 28 de noviembre de 2014

Aquel otro viernes negro, ...o no tan negro

No puedo hablar de otros medios, pero los que utilizamos Internet como mascarilla de oxigeno, llevamos una semanita de ataque Black Friday, que daban ganas apagar el cacharro -o los cacharros- y dedicarse a la floricultura. Cierto que a pesar del bombardeo, no me pare a pensar de que se trataba, ahora una vez puesto al día y habiendo intentado pecar, me siento igual que en las Rebajas de toda la vida, ...bueno, de toda la vida, desde que apareció Galerías Preciados y después El Corte Ingles.
A punto de acabar el dia, leo en los medios digitales, que quizás no ha sido tan Black el día, sino mas bien Red.
Pero hoy me voy a tomar la libertad de referirme a mi propio viernes negro, el que me toco vivir hace 23 años. Bueno, 23 años menos un día, porque aquel día era el 29 de noviembre de 1991.
A pocas horas de mi onomástica, un fuerte dolor en el pecho y hombros y una sudaera de padre y muy señor mio, me hizo sospechar que estaba a punto de adelantarme en varios años a Alejandro Sanz y si no partio, el corazón se estaba resquebrajando.
Efectivamente, el regalo que los hados me hicieron por adelantado para celebrar San Andres, fue un infarto en toda regla. La tarde del viernes se había vuelto negra en un momento, ...aunque afortunadamente, el negror fue aclarándose y fui superando el accidente vascular.
Tendría que vivir otra vida, para poder agradecer a todas las personas que se desvivieron por mi aquellos días. Miguel que me llevo al hospital. Mis hermanos que viajaron desde Murcia inmediatamente, todas las amistades que me cuidaron y mimaron durante la estancia, ...y Charo, mi ángel de la guarda, sin la cual, mi corazón no tendría sentido que funcionara. ¡Gracias mi amor!.


Una imagen, vale mas que mil palabras: Hoy se celebra el Día de las Librerías. Confieso mi culpa de pasarme cada vez mas al libro digital para uso personal, aunque sigo reservando los regalos para el papel. Los que hemos trabajado en Artes Gráficas, sentimos un gran respeto por el libro, desde su creación artística, a su acabado material. Y no cabe duda, que la librería es el templo a venerar.


La web nuestra de cada día: Mecenas. Libros, corazón, arte, todo se une en esta web, como la Villa Sabina, para dar cobijo y difusión a artistas de diversas disciplinas. ¡Es una autentica maravilla!.

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