sábado, 4 de abril de 2015

Sábado Santo Rojo, algo desteñido.

Recupero lo escrito hace años, en un día como el que acaba, pero de 2005:

"Estábamos en un congreso estatal de la USO en Madrid, en el colegio mayor San Juan Evangelista, por la zona de Moncloa, en un momento determinado, un compañero interrumpe la sesión para comunicarnos que el PCE había sido legalizado, no era ni soy comunista, pero a partir de ese momento el congreso paso a un segundo plano y lo único que deseaba -creo que deseábamos mas de uno-, era salir a la calle a ver y participar del ambiente de alegría y emoción.
Ya se veían algunos coches por las avenidas principales tocando el claxon y ondeando la bandera roja con la hoz y el martillo. No necesito mucho para echar lagrimicas, así que con los pelos como escarpias y con lagrimas en los ojos me sentí comunista en esos momentos.
Se que para mas de uno eso supondría una puñalada y un día triste, creo también que muchos de esos, hoy han cambiado de opinión y han aceptado al PCE, para mi, ese día, fue el mayor sábado de gloria que he vivido."

Hasta aquí, lo escrito hace años. No quito ni una coma, ni una lagrima. Es mas, casi añadiría algunas lagrimas mas, sino un llanto torrencial, observando la situación de los herederos del PCE, clavándose la hoz y dándose martillazos. No solamente Izquierda Unida ofreciendo ese espectáculo lamentable, sino que toda la izquierda, parece que se prepara para la versión actualizada de los Juegos del Hambre, pero en este caso, Los Juegos del Voto.

Alguien debiera parar este desastre que puede avecinarse, si no reina la cordura. 

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